El uso de hongos como remedios curativos era conocido desde la antigüedad en occidente (Hombre de Ötzi, hace 5.300 años), si bien fue a Oriente donde la Micoterapia tuvo un gran y documentado desarrollo. Los hongos contienen más de 150 compuestos bioactivos: fenoles, esteroles, terpenoides, β-glucanos, complejas polisacárido-proteína, proteínas, fibra, vitaminas del grupo B, aminoácidos esenciales, selenio, zinc, … que les confieren diversas acciones terapéuticas
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